Una nota para reencontrarles. Palabras y fotos por el buen año que pasó. Atesorar.
El trabajo en consulta, ese pedacito de espacio y tiempo para alojar una presencia, una persona que tiene una pregunta acerca de sí, sobre su manera de vivir, es una labor para la cual el que escucha necesita estudiar mucho, estar disponible. Pero también hay algo a mi parecer sustancial y es que ese analista pueda ser también alojado.
Y a esa disponibilidad de mis maestros e instituciones quiero referirme.
Los años 2023-24 delinearon con buen trazo algo de esto, y no sé si es posible hacerle saber al otro la contentura acerca de estos hechos. Incluso quizás no sea necesario. Pero en un ejercicio apretado de síntesis diría que el efecto de hacer parte de los grupos de estudios, seminarios, supervisiones y análisis didacta es que la experiencia de tratar el sufrimiento humano se inscribe como experiencia de sentido por la cualidad en la que hemos sido, sin apuro, alojados.
Es vigorizante encontrar a los maestros y compañeros curiosos por la época, entusiastas frente a los enigmas, despiertos para la teoría, disponibles para sus alumnos y sus pacientes en esta residencia permanente de la formación psicoanalítica.
Es así que en 2024 tuve la posibilidad de hacer parte de varios grupos y seminarios. En GEA, Centro de Supervisiones Clínicas, rodeamos y acometimos varios artículos en el Grupo de Lectura e Investigación de la Obra de Melanie Klein coordinado por Miguel Erglis, psicólogo y psicoanalista en formación de APA. Iniciamos con “La Técnica Psicoanalítica del Juego: su historia y significado” seguido por el trabajo de Betty Garma titulado “Psicoanálisis de un niño de 21 meses”.
En marzo Christian Lopardo, también psicólogo y psicoanalista en formación de APA, nos convocó a leer juntos a Freud. Iniciamos el año estudiando en grupo el artículo “Amor de Transferencia” y luego el Capítulo 7 “Sobre la psicología de los procesos oníricos” del libro La Interpretación de los sueños.
Participé en dos seminarios de Posgrado Convenio Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). En el 1er cuatrimestre “Psique: en la trama de las actuales (in)certidumbres” y en el 2do cuatrimestre “Psique y cerebro, aspiraciones y patologías del sujeto cerebral” ambos seminarios.
En la Asociación Argentina de Salud Mental curso la Diplomatura Universitaria en Clínica y psicopatología infanto-juvenil, dirigida por la Dra. Psiq. Liliana Moneta, actualmente estoy en proceso de realización de la monografía.
Y los lunes desde noviembre del año 2021, junto a colegas de la Argentina y también de México, Perú y España asistimos a la lectura detenida de Freud que propicia GEA en el Grupo de Lectura e Investigación de la Obra de Sigmund Freud. Con la coordinación de Jorge Catelli, Stella Onetto y la colaboración de Christian Lopardo, finalizamos la lectura de “El yo y el ello” (1923) para continuar con el artículo “Tres ensayos de teoría sexual (1901-1905). Este año 2025 GEA cumplirá 29 años acompañando la formación permanente de psicoanalistas en la Argentina y desde hace unos años a quienes estamos en otras latitudes.
Para finalizar, el año culminó con espacios de discusión muy interesantes. Primero las “Jornadas de Psicoanálisis y Educación” seguida por un congreso titulado “El Psicoanálisis del Nuevo Mundo”. Ambos convocados por la Asociación Psicoanalítica Argentina, APA.
Me gusta contarles que soy venezolana y que estoy residenciada en este gran lugar llamado Caracas. Es muy conmovedor poder presenciar los debates, el pensamiento arriesgado, la entrega a la tarea de interrogar esto que hacemos hoy juntos, allí donde nos parecemos y nos diferenciamos. Noble testimonio de nuestro paso.
Aquí estoy, muchas gracias.
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