¿Qué es la alegría?
La alegría se puede pensar como ausencia de malestar, cierto estado de placidez, de levedad, la calma del regocijo. También se puede pensar como un estado al que se llega mediante la realización de ciertas inspiraciones que se aprecian de orden vital.
Estiman unos que la alegría es lo que viene después de alcanzar un propósito exclusivo, con trazas de cierta imposibilidad. Las ilusiones y los ideales resultan tan estimulantes que logran dirigir desde el espacio interno del individuo sus decisiones, los modos de relacionarse con las circunstancias, con el otro. Ese es un camino que pinta glorioso, heroico, el sufrimiento parece indicar la proximidad con el bien deseado y además, como si se tratase de una moneda, paga su adquisición.
Otros aprecian la alegría como un florecer, un renacer, efecto de poner en acción las propias capacidades para atender sus necesidades y deseos. Esta forma de proceder lleva al sujeto a un momento vigoroso y potente, se trata de la autonomía, de la adquisición de un poder hacer consigo mismo.
La alegría es el reencuentro con algo valioso de sí, el verdadero yo por ejemplo. La consciencia clara de un carácter, de un apetito cuya atención lo eleva a ese estado de “estoy en mi salsa” como decimos los venezolanos. “Estoy en mi elemento” es otra frase para confirmar la dulce experiencia del sentido de vivir.
