“Me emociona cuando me levanto y veo el café ahí, justo como lo quería" dice Wallace un hombre maduro, dramaturgo y actor de profesión en un filme muy sutil, elegante, de Louis Malle. “No me imagino que nadie disfrute de otra cosa más que eso” es lo que Wallace dice a continuación a su amigo André mientras cenan.
Ambos personajes, sentados a la mesa, nos tocan con sus experiencias. La preocupación como las aclaraciones contagian, es un ritmo al que se ingresa en ese hablar tan del Siglo XX, repleto de preguntas y deducciones, esa pesquisa prolongada tan darwiniana, tan freudiana.
Me emociona.
Cuántas cosas pasan mientras humea la taza de café entre las manos y el amanecer es un acontecimiento ¿Qué sería lo que a Wallace le emocionaba? Si ese café "...justo como lo quería" incluye, acaso, un deseo.
Aparte de agua y granos pulverizados de café, fuego, no habría allí alguien disponible para adivinarle. Que mientras cuida el punto de hervor y espuma la leche no se escurriría entre los cacharros un pedido secreto de amor.
Disfrutar de ser querido. De querido el otro disfruta.
Que la amabilidad y el deseo sea el lugar del que no nos podamos ir.
¡¡¡Feliz y bienaventurado 2025!!!
Filme "Mi cena con André". Director: Louise Malle. Fecha: 1.981
Imagen, video y musicalización de la cafetera: Javier Fonseca
Texto: de mi autoría.
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