Lo posible, ese lugar, ese reino.
Un reino como espacio privilegiado, en este caso con presencia de lo posible. Qué gran poder (para hacer).
Lo posible, ese lugar al que se llega por la suma de las circunstancias. Y de deseos.
Ese baile entre lo propio y lo no propio, alojado allí: afuera.
¿Quien tiene la llave de este reino?
Quién puede levantar el brazo, sacudir la mano. Mostrar la llave, hacerla sonar.
Y si eso que brilla no es la llave. ¿Qué más podrá ser? ¿Qué se podrá hacer?
Lo posible, ese lugar al que se llega pensando.
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