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Una nueva especie


La mujer de la cuarentena es una nueva especie.

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La escuela devolvió los hijos al hogar junto a sus horas y días de la semana, desde entonces mamá es facilitadora o maestra. Pero también es un poco terapeuta, acompaña a la prole transitar los afectos ocasionados por el duelo y la pérdida.

La cuarentena renovó el lugar de la mujer en casa como trabajadora doméstica. A la preparación de alimentos se sumó la desinfección y limpieza del hogar en ausencia de los apoyos que antes disponía. Y en este calendario el ingreso económico se mantiene, se continúa produciendo y asegurando el pan. Está caracterización es importante. Da lugar a la experiencia y a la posibilidad de reconocer las emociones que acompañan a la mujer en estos días. A esta lista de compromisos hay algo que se opone como una inmensa pared: el tiempo. Es un límite imposible de flexibilizar, los variados propósitos caen irremediablemente generando importantes conflictos.

Esto es así porque lo que está en juego es innegociable: la superación del año escolar, la conservación del ingreso económico, el mantenimiento de la operatividad del nuevo centro de productividad (agua, luz, tecnología, alimentos, insumos, infraestructura, transporte), la salud física y mental. Se escribe fácil, se puede ser breve, pero en realidad es tiempo para un examen más profundo. El empobrecimiento, en cuanto a calidad de vida, al que se somete la población en condiciones de pandemia es difícil que pueda ser barrado por un individuo. Es muy peligroso, puede ocasionar consecuencias irreversibles.

Si está sufriendo ansiedad, depresión, rabia. Si los conflictos aumentaron en casa, busque ayuda. #Noselopierda Ph Patty Carrol

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