En Caracas la consulta que llevo es presencial. Pacientes y terapeuta asisten en los horarios y la frecuencia acordada. Se da a lugar un evento muy relevante, 45 minutos para que la existencia tome el espacio y el tiempo para hablar de sí, mostrar sus faltas y sus deseos, sus dolores, sus éxitos e imposibilidades. Saber es el acuerdo de trabajo, todo lo que allí se despliegue escribe nuevas rutas, cifra nuevos mapas. Emerge sentido y se hace vida
En pandemia no podremos ir a consulta. Y aun cuando ese es el ideal, la sesión online -a pesar del estado del internet, de los dispositivos y de la ausencia del terapeuta- claro que es posible.
Se trata de otro espacio que posibilita el encuentro y será la palabra, la mirada y el gesto los que delimitarán un nuevo soporte sobre el que se sostiene el proceso terapéutico.
Tomar la consulta online refiere a la continuidad a pesar de que a la Situación Ideal se le haya acabado las baterías. ¿Qué se le va a hacer? Tampoco es perfecto. La consulta online refiere a las alternativas disponibes para que lo importante ocurra, refiere a la flexibilidad frente a las adversidades, prueba que poco a poco el peligro también es transitable, confirma que lo distinto adversa en la medida que es desconocido y finalmente hace saber que pase lo que pase la elección de cuidar de sí es suya.
Si está en situación de depresión, ansiedad, insomnio,rabia o confusión no dude en buscar un especialista.