En la era del vacío, distrae la narrativa de la adicción.
El cambio de época es ineludible, hace apenas 10 años se masificó el teléfono inteligente. Desde allí hasta hoy somos testigos de nuevas formas de interacciones, cambios en el lenguaje, preferencias y usos. Y sobre todo un nuevo ecosistema donde ocurre la conversación pero también la soledad.
El vacío acontece frente a las nuevas lógicas de producción y de precarización, en las relaciones, en los vínculos, en las funciones dentro del ensamblaje laboral, académico y familiar. Arribamos ya a un orden distinto, nuestros hijos se constituyen en él mientras los padres somos hablantes del pasado siglo, no sé si equivale pero digamos que mantiene bastante cercanía con la figura del extranjero.
Los vínculos que se intentan fundar demandan alta competencia en lo que se refiere a la completud, a la señora de la historia le vale sustituir Tweter por cigarrillos. Una buena cantidad de ellos no podrá incendiar hasta desaparecer la ansiedad.
