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Una casa en el aire


Ventana, puerta y escalera. Una casa en el aire. Un plan. Una decisión. Un sueño. Un cambio. En terapia lo que se intenta hacer es pensar, detallar cómo sería, qué pasaría, cómo se sentiría, que perdería, qué disfrutaría, qué cambiaría. Un ambiente seguro para pensar y sentir. En la actualidad para los venezolanos que están fuera o en el país migrar no sólo es mudanza. Se trata de algo más complicado y bastante molesto, parece asociarse a la pérdida del piso profesional, familiar, afectivo, laboral pero también ideológico. Y ni hablar del económico. Las formas en que se supone deben funcionar las cosas es algo sobre lo que ahora se duda, la sensación es de extravío, de desamparo y orfandad. Las alternativas existen pero demanda una enorme movilización personal, esto es de observación y elaboración de sus ideas, emociones e interpretaciones. Hay grandes motivos para estar ansiosos pero en el malestar, el terror, la incertidumbre y la ambivalencia no es posible discernir, priorizar e integrar. Eso es lo que llamamos estar en el aire. No es fácil buscar ayuda, pedir ayuda. Tampoco lo es dilatar la elaboración del duelo. Obra de Leandro Earlich para su exposición en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Malba.

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