Iniciar un tratamiento psicoterapéutico habla de una vuelta al bienestar. Curarse es lo que se quiere, de ser posible rápidamente.
Entre las primeras cosas que converso con mis pacientes es sobre este deseo, una magia que se lleve el dolor, que nos devuelva lo perdido, extraiga lo feo que llevamos dentro y así. ¡Finalmente curados!
Sea con magia o con la velocidad que promete el clic es algo que cursa por la acera de la fantasía. ¿Qué transformación realmente importante de la vida ocurre así? Y este aspecto no es muy agradable de tolerar, pero ¡Oiga! Es lo que le hace humano y esa es una muy buena noticia.
En el dibujito la paciente tiene un diagnóstico propio, ese día no hará su sesión porque se siente muy bien. Es verdad que es parte de los objetivos de estos procesos, pero toca advertir que pueden aparecer como resistencia. Entonces ahí les vuelvo a comentar a mis pacientes, cuando usted no quiere venir, cuando ese día tuvo un olvido un fallido que le conduce a interrumpir su sesión, no deje de averiguar un poquito a qué solución está aportando esa eventualidad: ¿a la repetición o la resolución?
Fácil, no es. Realmente, es un imperdible. No se pierda, no se lo pierda.
Es de usted, para usted.