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La vida después de los 50

Fotografía documental
Finales y Comienzos

En un diálogo de amigos, un poco en serio y otro tanto en juego, hay uno que dice “los 50 son los nuevos 40”. En esa juntada los amigos adivinan, juegan a que leen el futuro, prueban sus mentes tentando cierta inmortalidad. Las risas y la compañía atenúan la angustia que suscita pensar la vida después de los 50 y con ella una oportunidad para preguntar ¿Qué causó la angustia?

Es angustiante porque hay una certeza incómoda, no sólo porque la vida tiene sus límites sino porque las experiencias del sujeto de estas edades está habitada por cierres y finales, pensamos en la jubilación o los hijos que se han ido de casa, en los padres por cuidar o que han fallecido, los cambios que ocurren en el cuerpo y en los estados afectivos o mentales, etc.

¿Y ahora qué? ¿Cómo quiero vivir? Es una respuesta y también una interrogante acerca de lo vivido, o sobre quién se es. El asunto es que con las preguntas aparece la posibilidad de elegir nuevamente, de poner en marcha un nuevo acto de voluntad aspirando que la nueva elección sea estimulante y vital.

Esa chispa que el deseo sabe encender.

No hay manual de instrucciones, querer vivir mejor es una experiencia única. Atañe a la singularidad de cada quien, pero no sólo de sus apetencias, de sus actuales vocaciones. Refiere también a la historia individual, sus luchas y padeceres, la satisfacción de una vida que hace sentido.

La escritora Susan Sontang nos dejó dicho algo acerca de lo que estamos conversando en este momento, nos dijo que "el miedo a envejecer nace del reconocimiento de que uno no está viviendo la vida que desea. Es equivalente a la sensación de estar usando mal el presente”.

Suena a problema serio, importante, pero probablemente sea de esos problemas que conviene mucho tener.

La fotografía es de la fotógrafa Kim Patricia Laubner. Un hermoso y provocador registro documental. Si pudiera titularla, la llamaría…. Guess what?

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