¿Sobre qué podemos hablar los venezolanos? Pero propongo un hablar que se pregunta sobre sí mismo. Sobre lo que tenemos entre nosotros ¿Cómo estás tú? ¿Cómo estamos?
Sí, es verdad. Son horas difíciles para nosotros, nuevamente.
¿Y si tuviéramos que poner un nombre a este acontecer emocional y mental? Y si tenemos la oportunidad para repasar uno a uno, con nuestros sentidos, el cuerpo físico pero también el cuerpo emocional. Y si el ejercicio es tolerable ¿Podríamos hacer algo de foco sobre el acontecimiento que se desarrolla? ¿Cómo se llamaría? ¿De qué estaríamos hablando?
El estado actual es el de la confusión, hay mucho movimiento.
Hay opiniones y propuestas que ofrecen comprender y anticipar. Sabemos que la apuesta enérgica es por la estabilidad. Se puede inferir, así por sentido común, que se trata de ese pulso constante que apuesta por la autoconservación..
Hay mucho de qué hablar, es verdad. Pero quedémonos con alguna, intentemos empezar.
Pienso en la migración por ejemplo. Es un tema a estas horas muy estimulante, no sólo como posible iniciativa sino más bien como un estado actual del venezolano.
La migración refiere a un cambio que se da por la acción de un movimiento de un lugar a otro. “Mudarse de casa”, expatriarse y partir son expresiones y palabras asociadas al migrar tal como nos propone Joan Corominas en El breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Invita a pensar entonces sobre el territorio que nos aposentó originariamente, la casa, el vecindario, el país. Lugares plenos de personas e instituciones, lógicas y legalidades, experiencias y oportunidades, carencias y afectos sobre los que un ser humano constituye un carácter y una identidad como sujeto social, pero también como subjetividad.
Mudarse de casa toca ese edificio habitable donde se nace y crece, pero también un edificio de mayor sensibilidad como lo sería el que constituye un existente, un ser humano.
No es poca cosa lo que está en movimiento, por el contrario ¡Son un montón! En su alboroto nos cuentan algo de la vida como animosidad, la confusión por su lado nos cuenta otros aspectos que pueden ser organizados. ¿Cómo? Hay un secreto a voces, te lo diré y sabrás que estás muy al tanto. Se llama AFECTO. El efecto de poner en cierto estado al otro, el que afecta con su animosidad al otro, especialmente por sentimientos de amor y cariño.
Estar presente es un pasito más. No te lo pierdas.
Hola. Dime cómo estás. Cuánto hace que no te veo nos cantaba bellamente el sonero Ismael Rivera.
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