Una pandemia es cosa de otro mundo.
Y eso es así para el ciudadano común como para los lideres en las instituciones públicas o privadas. Estamos frente a algo de lo que no podemos escapar y que para atravesar podemos negar, evadir, banalizar o magnificar. Se trata de defensas que permitan sumar tiempo para elaborar una situación disruptiva.
Ahora bien ¿Cómo es qué lo vamos a lograr?
Se me ocurre que el tiempo será de gran ayuda, elaboraremos un día a la vez. Luego, puede ser útil, situar las cosas en el lugar que le corresponda porque nuevamente la vida del venezolano se encuentra en manos de decisiones que son de orden político. Lo que allí se decida irrigará en nuestras vidas y eso también aplica a la realidad de las naciones de nuestro planeta.
¿Qué más? Pues la conversación en redes, el consumo de medios. Aquí nos debemos cuidar mucho, el pánico generalizado produce contenidos que estarán a la altura de esto que experimentamos como un ataque. Es decir, la conversación en estos días también es campo de batalla.
Qué caos, caramba. ¿Acaso no hay filtro que nos proteja de esta incontinencia de angustias?
Toca hacer un esfuerzo, los filtros, los límites para cuidar de lo importante. Si se comporta como kamikaze usted también va a explotar.
Y algo más, sí, el hueco le llamo. Nada de lo que estamos haciendo es afin a la vida productiva que se suele seguir, por el contrario, la pasividad debe ser lo común y ello trae una experiencia de derrota, perdida y fracaso. Un hueco. Y debe estar muy pendiente de lo que pase con usted en estos días, con sus hijos, sus afectos; porque justamente en esta gran diferencia es que se suscitarán los cambios.
A la pregunta sobre cómo atender estos temas de orden mental y emocional es importante hacerse de una batería de medidas que le permitan estar sano. Ello incluye hacerse de tiempo y el lugar para estar solo, recrearse,cocinar, aprender, visitar las salas digitiles de los museos. La terapia es una opción, sí la tiene es cuando más puede en su proceso insistir.